La juventud es un tema que nunca pasa de moda. El proceso de cambio que se vive durante este periodo es siempre un fenómeno que merece y vale la pena estudiar.
En un estudio etnográfico realizado por Eureka a jóvenes entre 18 y 20 años, fuimos capaces de comprender la realidad emocional que actualmente viven los jóvenes de este rango etario. Nos dimos cuenta de los grandes cambios que están experimentando, tanto en las formas de convivir y relacionarse, como en la forma en que perciben el futuro.
Es un momento crucial para muchos, en un contexto en el que prevalece una norma social preestablecida que los “presiona” a definir su futuro… ¿Qué opinan los jóvenes frente a esto? ¿Qué les preocupa? ¿A qué le temen? ¿Cómo ven el futuro? Son algunas de las preguntas que logramos dilucidar y de las que rescatamos insights para una más clara comprensión de su mundo interior y el mundo que los rodea.
1° “Vivir experiencias”: Los jóvenes expresaron una alta valoración respecto de pasar tiempo con otros. La pandemia y el exceso de virtualidad los ha empujado a necesitar volver a disfrutar en profundidad el mundo real y sensorial. Vuelve de esta manera a gestarse un gusto por lo simple, un disfrute de lo cotidiano y un volver a hacerse presente y consciente de sus actividades.
2.- “Generar vínculos”: A pesar de la constante búsqueda de popularidad en Instagram, declaran no necesitar a tantas personas para ser felices, se mueven en diferentes círculos y grados de amistad; disfrutan mucho compartir con sus amigos más cercanos y este tipo de amistad es también parte del autocuidado: rodearse de gente a quienes consideran leales y confiables se transforma en pieza fundamental de su bienestar emocional. Manifiestan preocupación por cuidarse de la “gente tóxica”.
3.- Diferenciación con sus antecesores Millenials: “Menos individualistas que los millennials” es uno de los importantes hallazgos del estudio. Cuidadosos, conscientes y sensibles de cómo su actuar afecta a los otros, es una de las principales características autopercibidas de las cuales se sienten orgullosos. Sin embargo, dejan claro que esto no les impide actuar con valentía y alzar la voz en pos de propósitos que promuevan el bien común.